El elemento de acción y de aventura presente en toda la obra narrativa de R. L. Stevenson (1850-1894) ocupa el primer plano en EL DINAMITERO, relato escrito por el autor en colaboración con su esposa, Fanny Van de Grift (a quien se deben los episodios titulados «El ángel de la destrucción» y «La bella cubana»). Las peripecias de los protagonistas -tres jóvenes de buena familia que, privados de medios de fortuna, deciden entregarse a toda aventura que el azar pueda ofrecerles- nos presentan un populoso Londres («la Bagdad de Occidente») propicio a la aventura y centro de actividad anarquista, el misterioso Utah de los mormones y una isla del Caribe donde el vudú coexiste con la piratería.