Un libro que pretende buscar ese lado menos frecuentado de la literatura, pero donde ocurre casi todo. Este volumen es un brindis por la mejor literatura, que siempre creció regada por los mejores caldos.
«Hudson estaba bebiendo otro daiquiri helado y al levantarlo, pesado y con la copa bordeada de escarcha, miró la parte clara debajo de la cima de frapé y le recordó el mar.»
Ernest Hemingway, Islas a la deriva
Más libros de los que podemos imaginar comenzaron en la barra de un bar, crecieron en la sobremesa e, incluso, cuajaron en la resaca. La relación de los libros con el alcohol va más allá de la afición de sus autores por los destilados: la mejor literatura ha surgido, siempre, de la decantación reposada de una idea, de la fermentación de un estilo. ¿Qué mejor modo de comprender lo que se produce en la coctelera de un escritor que tomarse unas copas con él?
De Dostoievski a Tomeo, pasando por Baudelaire, Hemingway, Pessoa o Dorothy Parker, este libro es una fiesta en la que, entre copas y letras, como está mandado, se reúnen escritoras y escritores brillantes y exóticos, simpáticos o aburridos, bebedores incorregibles y abstemios recalcitrantes para hablarnos de todo tipo de espirituosos a través de su vida y de sus obras. Todo ello acompañado de la receta de numerosos cócteles y combinados con los que extender la celebración más allá de la lectura.
Mezclados y agitados es, en fin, un paseo zigzagueante y desenfadado por el lado menos frecuentado de la literatura, para disfrutarla sorbo a sorbo.