A veces un pequeño detalle lo puede decidir todo: el que condiciona la carrera de un joven funcionario, un tanto ingenuo, del Ministerio de Asuntos Exteriores francés es el maletín que le ha regalado su madre por su primer trabajo. El día de su toma de posesión, el jefe de personal tropieza con él y destina a su dueño al departamento de «Países en vías de creación. Sección Europa del Este y Siberia»: el frente ruso.
Utilizando este peculiar negociado como base de operaciones nuestro hombre intentará hacer carrera en el ministerio, aunque sus intentos no siempre tendrán éxito. El ambiente en el que desempeñará su trabajo está poblado por una peculiar fauna –una secretaria hippy a punto de jubilarse, un informático fantasmón, un jefe inepto o un compañero trepa- que le resultará familiar a todo el que haya trabajado en una oficina alguna vez.
Publicada con gran éxito en Francia en el año 2010, esta desternillante sátira de la burocracia y el mundo empresarial tiene también un trasfondo amargo: el que deja la renuncia a toda ambición.
"El libro más divertido de cuántos he leído en el último mes es El frente ruso, una elegantísima sátira del funcionariado y la vida oficinista francesa" Kiko Amat<
«Y Lalumière hizo la luz… en esta rentrée literaria globalmente soporífera y a menudo agotadora. El frente ruso es una pausa, una ensoñación, un café aromático, un mullido cojín…» Nicolas Ungemuth (Le Figaro Magazine)
«Lalumière cuenta con armas menos ligeras de lo que parece: un cómico que no se amilana nunca ante la carcajada, una frase rítmica que encuentra su equilibrio –el de la ironía- en medio de hábiles digresiones. Y esa ligera melancolía que, para Vladimir Jankélévitch, entra dentro de la misma definición del humor, “el encanto agridulce del hombre que se debate entre la risa y el llanto y se reconcilia con un destino cruel”.» François Aubel (Le Magazine Littéraire)