Aunque al principio le molestaba, Tim se había acostumbrado a aguantar las comparaciones con su hermano. Su tía abuela le enseñó que se puede ser feliz siendo uno mismo y, junto a ella y sus lienzos, descubrió su talento por la pintura y disfrutó pintando su primer cuadro, "Paisaje de verano".
El día del cumpleaños de su padre, la abuela regaló un cuadro a su hijo, no pintado por ella, sino el "Paisaje de verano" de Tim. En ese preciso momento, cuando el cuadro ocupó el mejor lugar de la sala sobre la chimenea y todos lo alabaron, John Henry se dio cuenta de que su hermano era el centro de atención y a él nadie le había enseñado nunca a ocupar el segundo lugar. Un sentimiento desconocido para él se va adueñando de sus pensamientos, y su venganza y sus celos le harán vivir una insólita aventura en la nieve.