Tocó a Publio Virgilio Marón (70-19 a.C.) ser, al mismo tiempo, testigo y artífice de uno de los momentos singulares de la historia de Roma: el fin de la República y el advenimiento y consolidación del Principado augustal. Es, por otra parte, el poeta más celebrado de la latinidad, leído y valorado desde la Antigüedad Clásica hasta nuestros días. Ya el poeta T. S. Eliot, en una conferencia memorable que pronunciara en Londres –titulada «¿Qué es un clásico?»–, definió al autor de la Eneida como el clásico por antomasia, ya que sirvió como canon o paradigma de lo poético de manera sostenida a lo largo de dos milenios –no ocurrió lo mismo con los poemas homéricos, silenciados durante el Medioevo–. Bucólicas, Geórgicas y Eneida se erigen, en consecuencia, como pilares básicos de la historia poética de Occidente. En Virgilio y su tiempo el autor nos presenta un logrado friso histórico en el que Virgilio y las figuras de su entorno se mueven con sorprendente naturalidad. Se trata de un volumen concebido en atención a la premisa horaciana de instruir y deleitar –docere et delectare– a un mismo tiempo.