Florinda, la protagonista de esta historia, es una voz y un símbolo de libertad, "un deseo de amanecer cantando". Una mujer solitaria que lucha por ser cantante entre las ruinas de un cabaret antillano, a contracorriente de una burocracia tan absurda como implacable. Florinda está rodeada de músicos y, juntos, ven cómo una época dorada se muere definitivamente entre el humo de los trenes y las melodías de los viejos boleros.
Esta novela llega al lector tras una odisea, literaria en ella misma, pues el manuscrito "tuvo que dividirse en dos sospechosos paquetes sin rotular para burlar la censura castrista. Así peregrinó por aire y por mar hasta que el autor pudo reunir los fragmentos en Madrid en 1982. Casi treinta años más tarde de su escritura nos llega, felizmente rescatada.