Imagina poder viajar en el tiempo. Imagina que puedes hacer desaparecer todo lo que se ha construido en Roma después del año 300 y ves resurgir a tus pies en todo su esplendor a la ciudad que dominó el mundo durante casi mil años. Constantino estaba a punto de prohibir los combates de gladiadores. El cristianismo se había apoderado de los cargos más altos. Pero Roma aún conservaba los rasgos que habían hecho de ella la ciudad más grande de la Antigüedad.
El viajero encontrará en Roma todo lo que pueda desear e imaginar. Sus calles empedradas y ruidosas rebosan de vida. Artistas y mercaderes seducen al paseante con sus dones y sus productos procedentes de todo el imperio. El centro cautiva, con sus amplias avenidas, el grandioso Coliseo, las imponentes termas, los nobles, los legionarios, el lujo inesperado y sorprendente. Y también te ofrecemos la posibilidad de visitar los lugares más importantes de la península Itálica siguiendo las vías romanas que parten de la ciudad imperial