Primero como observador en la investigación llevada a cabo por su homólogo en Río, y después al frente del caso con su equipo de Barcelona, el inspector Prats deberá indagar en la peculiar vida de la víctima para intentar reconstruir los hechos.
Un elegante cadáver español es encontrado en una playa de Río de Janeiro con signos de violencia. Para tramitar su repatriación, la Policía Nacional envía desde Barcelona al inspector Dani Prats, un policía sin vocación más preocupado por los asuntos pendientes de su vida privada que por los casos que se le asignan.
Tirando de un hilo que lo llevará a verse con todos aquellos que tuvieron relación (directa o indirecta) con el asesinado, para acabar de encajar todas las piezas del puzle, Prats deberá averiguar quién juega sucio y quién sabe más de lo que dice.
Los métodos que utilice para ello no quedarán reflejados en ningún expediente.