Casi todo el mundo identifica a G. K. Chesterton con el autor de los relatos detectivescos que protagoniza el Padre Brown, aunque otras obras suyas, como la conocida novela El hombre que fue Jueves, han sido leídas por millones de personas. Pero la curiosa personalidad del Padre Brown, un sagaz sacerdote capaz de resolver los crímenes más enigmáticos gracias a su conocimiento de la naturaleza humana, ha eclipsado al resto de sus personajes, al menos desde el punto de vista mediático.
Sin embargo el cura católico no fue el único detective que creó Chesterton, y otros, como los hermanos Rupert y Basil Grant, Gabriel Gale o Horne Fisher, protagonizaron bastantes relatos del autor británico.
Aquí se reúnen relatos que conciernen a trece distintos detectives, además de un relato perdido del Padre Brown que fue redescubierto en 1981. Junto a los ya citados, aparecen Mr. Traill, Mr. Pond, el Dr. Adrian Hyde, John Brandon, Walter Weir, Mr. Brain, Cuthbert Grayne, Bertrand y Max Pemberton. Trece detectives constituye pues un excelente muestrario de la idea que Chesterton tenía de la labor detectivesca, que él articulaba literariamente con el uso de la parábola, la paradoja y la reducción al absurdo.
Gilbert Keith Chesterton nació en Londres el 29 de mayo de 1874, en el seno de una familia de clase media, y fue bautizado, por tradición familiar, más que por convicción religiosa de sus padres, en la fe anglicana. Sin embargo, desde adolescente se declaró agnóstico ?militante?. En 1901 contrajo matrimonio con Frances Blogg, anglicana practicante, cuyo influjo hizo que se acercara al cristianismo y finalmente abrazara el anglicanismo. Pero, años más tarde, las largas conversaciones con el párroco católico John O'Connor (que probablemente le inspiró el personaje del Padre Brown) lo empujaron a convertirse al catolicismo.
Sus preocupaciones sociales le hicieron ser uno de los fundadores de la Liga Distribucionista. El Distribucionismo consistía en una tercera vía económica, diferente al capitalismo y al socialismo, cuya base se encuentra en la doctrina social de la Iglesia, basada principalmente en la encíclica del Papa León XIII, Rerum Novarum.
A lo largo de su vida Chesterton escribió alrededor de 80 libros, varios cientos de poemas, más de 200 cuentos e innumerables artículos, ensayos y obras menores.
Entre ellos destacan, además de los relatos detectivescos, protagonizados por el Padre Brown o por otros detectives, las novelas El Napoleón de Notting Hill y El hombre que fue Jueves, ensayos literarios como Dickens o G. B. Shaw (1909), el poema épico La balada del caballo blanco, y El Hombre eterno, un ensayo dedicado a la Historia de la Humanidad, escrito como respuesta a otro sobre el mismo tema de H. G. Wells.
Chesterton murió el 14 de junio de 1936.