1939: muchos refugiados españoles toman el camino del éxodo, antes de ser internados en los campos del sur de Francia. Después vinieron los años del franquismo, cuando la mayoría de ellos se preguntaban por el retorno a su país. Durante medio siglo, Enrique Tapia Jiménez (1911-2001), no dejó de fotografiar la vida cotidiana, los hechos, tanto a nivel político como social y familiar, que marcaron la vida de los españoles en Toulouse -capital de la República en el exilio- y en el Mediodía. A lo largo de los años, la obra solitaria, obstinada y escrupulosa de este fotógrafo amateur acaparó sus escasos recursos y todos sus esfuerzos. Pero a través de millares de clichés, en los cuales se pueden reconocer algunas de las figuras más emblemáticas y los futuros dirigentes de la España democrática, Enrique Tapia Jiménez lega a las nuevas generaciones y a la historia un testimonio único sobre todas las facetas de un exilio visto y vivido desde el interior. Gracias a su hijo Henri Tapia, el fondo fotográfico excepcional, y básicamente inédito, de Enrique Tapia Jiménez es por fin mostrado al público español y francés, y comentado por José Martínez Cobo, el amigo de siempre.