A partir del análisis detallado de los hombres y mujeres que se convirtieron en fascistas, este estudio presenta una nueva teoría de la ideología más inquietante del siglo XX. El libro aborda, en una nueva perspectiva comparada, el caso de los seis países europeos donde el fascismo llegó a alcanzar una mayor presencia: Italia, Alemania, Austria, Hungría, Rumanía y España. Se trata del análisis más amplio y riguroso sobre quiénes eran los fascistas, qué creencias tenían y qué actuaciones llevaron a cabo. El resultado es una original teorización del fascismo como la forma más extrema del nacionalismo de estado, que fue la ideología política dominante del siglo XX. Los fascistas afirmaban que una «nación orgánica» y un estado fuerte que estuviese preparado para el uso de la violencia podía superar los conflictos de clase y modernizar la sociedad. El libro sugiere que el fascismo fue esencialmente un producto de la situación europea posterior a la Primera Guerra Mundial y que es improbable que reaparezca en su forma clásica en el futuro. Sin embargo, en la actualidad persisten elementos de su ideología que resurgen en muchas partes del mundo.