Crónica familiar, retrato de nuestra sociedad en los años finales del siglo XX, drama psicológico de gran intensidad, Persecución es la historia de un hombre acostumbrado a definirse por lo que hace y ahora tiene que rendirse a lo que es; en esa rendición se pone en juego su vida entera.
«Era el 13 de julio de 1986 cuando Leo Pontecorvo de repente tuvo unas ganas tremendas de no haber nacido nunca...», cuenta Piperno en el arranque de esta espléndida novela. En esa noche de verano nos acercamos a una mansión rodeada de árboles en uno de los barrios más elegantes de las afueras de Roma. Ahí viven los Pontecorvo, y basta con echar un vistazo a la familia reunida para darse cuenta de que son personas razonablemente felices. Él, Leo Pontecorvo, de cuarenta y ocho años y un cuerpo todavía atlético, es un oncólogo de fama internacional; ella, Rachel, dedica mucho tiempo a la educación de sus dos hijos, Filippo y Samuel, los dos adolescentes.
De repente, una noticia inesperada en el telediario de la noche cambia por completo las relaciones que Leo tiene con la sociedad, con su familia y consigo mismo. Al rato el teléfono empieza a sonar, y un foco potente ilumina la vida entera de este hombre acostumbrado a triunfar, que de repente se ve sometido al acoso de la prensa, a las maledicencias de los enemigos y a las preguntas sibilinas de los que él consideraba sus amigos. Pero hay algo peor que el acoso de los extraños: ante esta dura prueba, lo que de verdad lo trastorna es el silencio de su familia, hasta el punto de que Leo se refugia en un sótano, el mejor lugar para digerir culpa y vergüenza.