Matilda ha dedicado toda su vida a la oración y al estudio del latín. Sin embargo, ahora, en casa de Peg la Roja, la ensalmadora, ya no hay tiempo para la oración. El día transcurre entre ir al mercado, encender el fuego, preparar emplastos y componer los huesos de los enfermos. Matilda añora el sosiego de la mansión.