Una aventura de amor en plena segunda guerra mundial, que solo se descubre muchos años después.
Hay herencias difíciles de aceptar. Bien lo sabe Edward Cohen, que ha pasado su juventud cargando con la losa de parecerse al tío abuelo Adam, un sinvergüenza que desapareció de su casa de Berlín en 1938, llevándose el dinero y las joyas de la familia.
Sin embargo, el destino querrá que un día, hurgando entre montones de papeles en el desván, Edward encuentre un legajo de folios escritos en el gueto de Varsovia. En estas páginas amarillentas se cuenta la historia de amor de Adam, enamorado de Anna y dispuesto a seguirla en el camino hacia ese infierno que marcó a millones de judíos en los años previos a la segunda guerra mundial.
¿Sabía Anna de ese amor? ¿Entendió entonces que había un hombre dispuesto a malvivir en un gueto e incluso a morir con tanto de salvarla? Eso poco importa ahora, cuando tantos años han pasado y los rostros de los dos jóvenes son poco más que sombras, pero Edward por fin tiene entre manos una herencia valiosa, que muestra el lado más extravagante y generoso del amor.
Historia grande hecha de pequeñas historias y personajes inolvidables, La herencia de Adam no es una historia cualquiera sobre el Holocausto. Inteligente, irónica, astuta en sus planteamientos, la novela de Astrid Rosenfeld va más allá del horror para celebrar la dignidad humana en unos tiempos indignos.