¿Cómo se puede hablar de conspiración cuando todo el mundo es cómplice?
Ben Treven, agente al servicio del Gobierno de EE.UU. en operaciones de guerra encubierta, es arrestado en la prisión de Manila tras una pelea de bar. Allí recibe la visita de su antiguo superior, el coronel Scott Horton, quien le ofrece la libertad a cambio de descubrir y encontrar al traidor que robó noventa y dos cintas de la CIA que demostrarían las brutales torturas practicadas a presos, y que ahora está utilizando para chantajear al Gobierno estadounidense.
Para cumplir su misión, Ben no sólo deberá enfrentarse a la CIA, a mercenarios y a buena parte de la Casa Blanca, sino que también competirá con Paula Lanier, una atractiva e inteligente agente del FBI que «colaborará» con él para conseguir las cintas.
Torturas en Guantánamo, presuntos terroristas y secretos de Estado son algunos de los temas de esta novela. Y es que La celda naranja es un trepidante thriller, pero también una de las novelas políticas más astutas de los últimos tiempos. Basada en la declaración realizada por la CIA en el año 2007 sobre la destrucción de dos vídeos de los interrogatorios a miembros de la organización Al Qaeda y excelentemente documentada, nos acerca a temas políticos controvertidos y de gran actualidad.