Richard Burton (1821-1890) ha quedado en la memoria colectiva
no sólo por ser, en su faceta de viajero y geógrafo, el descubridor
de las misteriosas fuentes del río Nilo junto con el capitán
Speke (aventura que narra en Las montañas de la luna, El
Club Diógenes núm. 19), sino también por ser el primer
compilador y traductor, en su vertiente de historiador y lingüista
erudito, de Las Mil y una Noches al inglés.
Experto investigador de las literaturas orientales, persa e hindú,
y gran conocedor del sánscrito, dedicó buena parte de su
vida a recopilar y dar a conocer al mundo occidental leyendas y fábulas
milenarias del Oriente.
La presente edición, Vikram y el vampiro (1870), es una
traducción libre del sánscrito («la lengua de los dioses»,
el latín de la India) de los once mejores relatos de Baital-Pachisi
(Veinticinco cuentos de un Baital), una leyenda antigua y genuinamente
hindú, precursora de Las Mil y una Noches, que narra la historia
de un murciélago, vampiro o espíritu maligno que habitaba
y animaba cuerpos muertos.
La historia gira principalmente en torno a un gran rey llamado Vikram
(un personaje histórico, el Rey Arturo de Oriente), que para cumplir
la promesa hecha a un yogui o mago debe capturar y llevar ante él
al baital (vampiro) que vive colgado de un árbol. Las dificultades
que tienen que superar el rey Vikram y su hijo para llevar a cabo su objetivo
tejen una serie de relatos de aventuras, magia y amor, independientes pero
unidos «como perlas recorridas por un hilo común», que
«aún hoy siguen formando parte del repertorio de cuentacuentos
vagabundos, bardos y rapsodas de Persia y Asia central», apuntaba
Burton.