«En Alaska hasta el silencio es blanco.» Un asesino de lectores, un enterrador de ancianos y un boxeador que busca incansablemente el teléfono que suena en su cabeza son residentes de Alaska, un manicomio de Rotterdam. Después de un bohemio periplo en París y de triunfar en un club de jazz de la ciudad holandesa, Bob Ieregui, trompetista americano de origen vasco, ingresa en Alaska. A Bob le acompañan un caballo imaginario y el amor por Clara Miao. Cuando Bob y Clara son traicionados por la enfermera jefe del psiquiátrico empieza a gestarse un crimen. La eficacia narrativa de Harkaitz Cano juega con las convenciones literarias y la forma de la novela tradicional, la policíaca en concreto, en una trama invertida que se diluye en el espacio y en el tiempo, que se asienta en una zona fronteriza entre géneros literarios diversos. La influencia del cine, de la música, de los cómics y de la literatura, la presencia de la ironía y el humor, un lenguaje con ritmo que sugiere más de lo que dice y la construcción de imágenes de clara raíz surreal son constantes en la voz narrativa de Harkaitz Cano que crean una atmósfera en la que la tensión de lo innombrado implica y mantiene en vilo al lector. Harkaitz Cano es uno de los valores más originales y reconocidos de la literatura vasca de los últimos años.