Beau Dupree tiene cosas más importantes que hacer que seguir a todas partes a esta niña rica, venida a Nueva Orleáns por la inauguración del nuevo hotel de su papá. De nada le ha servido protestar, porque no se ha librado de ser su perro guardián. Beau se propone ganarse el despido, y para ello intentará sacar a Juliet Astor Lowell de sus remilgadas casillas... En cuanto ella exija un nuevo guardaespaldas, él podrá volver a lo que realmente sabe hacer: su trabajo de policía. Pero es un plan condenado a la ruina. Cuando Juliet se suelte el pelo, demostrará que es lo bastante mujer como para manejar a Beau. ¿Podrá él manejarla a ella?