Quizás, antes que de una novela, se trate de una inolvidable galería de personajes: la entrañable y desgarrada pareja formada por el adolescente David y su perro Chispa; el enamorado inspector Galván; Rosa Bartra, la hermosa pelirroja embarazada; el padre libertario y fugitivo en sus esporádicas apariciones; un arrogante piloto de la RAF, cuya existencia se reduce a ser una fotografía confidente del fantasioso David... Quizás, antes que una galería de personajes, esta novela exista en tanto producto de un narrador original e imposible, de un feto que recuerda lo que aún no ha vivido y que teje y desteje la trama con la maestría y la experiencia de quien aún no ha nacido. Sea cual fuere la respuesta, lo que sí es seguro es que Rabos de lagartija, dotada de una estructura narrativa tan sabia como imaginativa, corrobora la condición de Juan Marsé como uno de los novelistas mayores, no sólo de las letras hispanas, sino de las actuales narrativas europeas....