En el año 1978 empieza en China la época del cambio. Los resultados alcanzados con el programa reformista de Deng Xiaoping se reflejan en elevadas tasas de crecimiento y en la mejora evidente del bienestar de la población. Por todo ello, los analistas coinciden, con frecuencia, en señalar que en China se está produciendo una de las revoluciones más singulares de la historia.
Con una población que supera los 1.200 millones de habitantes, China es el mercado del futuro. Las grandes potencias mundiales han canalizado a ese país un flujo creciente de inversiones, que han hecho de China el segundo receptor mundial de inversión directa. La mayor apertura ha desencadenado la implantación de numerosas empresas de capital mixto o joint ventures establecidas con tecnología y capital extranjero.
Desde 1985 España ha hecho un gran esfuerzo para consolidar su presencia comercial e inversora en el gigante asiático. Con este fin, se ha desplegado un modelo de actuación empresarial determinado por la coordinación entre las empresas y la administración española que está dando buenos resultados.
El objetivo de esta obra es dar a conocer cuales han sido los elementos básicos de la reforma económica emprendida por China y valorar el papel de España en un mercado codiciado por su dimensión actual y su asombrosa potencialidad.