Botsu y los demás han llegado a Azimuthia, el castillo viviente de Dhuran. Si consiguen derrotar a Dhuran, tendrán el camino despejado hacia la confrontación final contra el Archienemigo, pero… Norris, que está siendo manipulado por Dhuran a través de la espada maldita, la hachaespada, se interpone en su camino y ataca a Botsu sin piedad.
En el momento en que Botsu se encuentra en peligro, la voz de Mencía, la hermana de Norris, resuena en el campo de batalla y le pide a Norris que se detenga. Con esas palabras, Mencía logra deshacer pacíficamente la maldición de la hachaespada que se encontraba en el corazón de su hermano. Después de esto, Norris se une al equipo.
Tras una dura batalla, Botsu se hace con el equipamiento legendario, logrando así derrotar a Dhuran y, junto a sus compañeros, se dirige por fin hacia la batalla final contra el Archienemigo Mortamor.