En 1937, el mundo está patas arriba: Francia e Inglaterra contemplan impasibles como Hitler avanza imparable sobre Austria mientras sigue aportando aviones para la España de Franco. En EEUU, el presidente Franklin D. Roosevelt aún no está preparado para intervenir en el Viejo Continente, a pesar de los escalofriantes informes que le llegan de allí. Su confidente, el agente presidencial 103, no es otro que Lanny Budd, marchante de arte norteamericano criado en la Riviera a quien las altas esferas europeas y los principales jerarcas nazis abren las puertas de sus salones alegremente. Su doble misión: disfrazarse de ferviente admirador del Reich para recabar información y descubrir qué ha sido de su esposa secreta Trudi, agitadora antifascista recién desaparecida en París.