Este es, sin duda, uno de los libros más completos de Rudolf Laban en el que la pasión del autor por el lenguaje corporal se refleja en cada una de sus páginas. Una pasión que se abre, en este texto, a un extraordinario abanico de géneros: junto a un detallado manual técnico, encontramos párrafos llenos de fuerza poética que nos estimulan para seguir confiando en el valor del arte del movimiento, también añade su preocupación por la fundamentación histórica y antropológica que transporta cada idea a un lugar y a un suceso concreto, facilitando la comprensión del lector.
A través de esos diferentes planos Laban va desgranando su concepción del arte del movimiento, una concepción absolutamente contemporánea, donde la sistematización científica gana vitalidad mediante argumentos filosóficos y sociales. Laban defiende la idea de que se produjo una fractura entre la danza y el mimo, separando el gesto corporal de su función dramática, y que es necesario volver a integrar ambas manifestaciones para recuperar el origen simbólico del arte del movimiento de los tiempos primitivos.
La exposición de su pensamiento tiene como contrapunto la amplia sección dedicada a la descripción de ejercicios de técnica corporal y el capítulo de los textos dramáticos, compuesto de tres ejemplos de su nuevo concepto de mimo; que hoy podríamos llamar ‘teatro físico’ o ‘teatro del gesto’