Casi todo el mundo sabe qué decir cuando se le pregunta para qué sirve una arquitecta o en qué consiste el trabajo de un médico. Menos clara suele ser la respuesta si se le interroga sobre un político: alguien que “hace política” o que “está metido en política”, será probablemente la respuesta, dejando a un lado otros calificativos menos gratos. Menos evidente todavía es la función de los politólogos: un colectivo poco reconocido pero que ha ido adquiriendo mayor protagonismo público en los últimos años. Josep Maria Vallès realiza en este ensayo un amplio recorrido por la profesión: cómo llegan los politólogos a ser considerados como tales, qué posiciones ocupan en el mundo laboral y qué funciones desempeñan. Pero ¿es socialmente útil su trabajo? No mucho si solo se suman al alboroto político-mediático, alimentando la inflación de comentarios de ocasión. Pero sí lo son cuando elaboran estudios rigurosos y se implican con su conocimiento especializado en el análisis crítico de los problemas colectivos más acuciantes —crecimiento de la desigualdad, discriminación de género, corrupción pública, depredación ambiental o erosión de los derechos y las políticas sociales— intentando conseguir mejores condiciones de vida para la sociedad. La misma utilidad a la que aspiraban quienes empezaron a reflexionar y debatir sobre política en la Grecia clásica del siglo V a. C.