La diplomacia es la base del sistema internacional actual, que tiene en
la representación que se realiza en nombre de un determinado poder la
forma de resolución y evitación de conflictos. Es evidente que esta
definición no surgió con la contemporaneidad, pero no es tan conocido
que fue en el periodo bajomedieval cuando muchas de sus fórmulas se
construyeron y consolidaron. El cometido de este volumen es calibrar la
acción diplomática desplegada por la Corona de Aragón ante otros
territorios, ya sean vecinos o extranjeros, al objeto de valorar las
vías de negociación y los canales de información y comunicación que se
van desarrollando en el proceso de formación de los Estados surgido a
finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. Para ello los
quince estudios que lo componen han prestado atención al seguimiento no
sólo de los principales actores y agentes implicados —oficiales o
informales— y de la autonomía con la que se movían, sino también al
análisis del marco geopolítico y a las diversas coyunturas favorables o
adversas en las que tienen lugar sus respectivas misiones o legaciones.
Atendiendo a una simbiosis entre criterios cronológicos y temáticos, la
obra se estructura en tres bloques, precedidos por una presentación y
culminados con unas conclusiones que evidencian su novedad
interpretativa y la calidad de las fuentes examinadas, lo que permitirá
un mejor conocimiento de la evolución de esas embajadas y su comparación
con otras realidades.