El detective Takagi recibe la ayuda de Conan para capturar a un ladrón y llegar a tiempo de impedir que su compañera, la detective Sato, se comprometa en matrimonio con el inspector Shiratori. El romanticismo continúa con la proximidad de San Valentín.
Sonoko quiere regalarle el típico chocolate de San Valentín a su novio, y convencer a Mouri para que la lleve, junto a Ran y Conan, a un apartado albergue donde, cuenta la leyenda, los que hacen chocolate logran el amor verdadero.
Pero ésta no es la única leyenda del lugar, ya que desde que murió el dueño se dice que los fantasmas pueblan el albergue.