Jirokichi, el tío de Sonoko, no ceja en su empeño de atrapar a Kaito Kid, por lo que organiza un nuevo desafío en el que el joven ladrón vuelve a dejar a todo el mundo con la boca abierta. Y eso pese a que Conan, presente siempre en el lugar del delito, consigue desvelar su estrategia.
Días más tarde, Conan se queda tirado en una carretera de montaña junto con el profesor Agase y los jóvenes detectives. Cuando se cercaban a una villa cercana a pedir ayuda, una tremenda explosión termina con la vida del dueño de la misma.
La policía se presenta en el lugar y declara que ha sido un accidente, pero Conan tiene sus sospechas e insiste hasta que la asesina se ve obligada a descubrirse. Ya de vuelta en Tokio, unos extraños avioncitos de papel que llevan días cayendo sobre la ciudad tienen muy molesta a la gente.
A raíz de una provocación de Sonoko a Ran, Conan empezará a investigar ese caso, mientras que Subaru, sorprendido por las chicas en casa de los Kudo, hace lo mismo por su cuenta. Ambos resuelven el misterio casi al mismo tiempo, con lo que Ran logra salvar la vida de un hombre. Más adelante, Kogoro se declara dispuesto a ayudar alhermano de Azusa, la camarera del Poirot, a quien acusan del asesinato de su jefe.