Los romanos crearon una red de ciudades que se convirtieron en focos de difusión de su modelo social, y extendieron el latín y su escritura como lengua universal y vehículo de la cultura greco-latina. También establecieron unos principios económicos y unas reglas de juego en el mercado aún vigentes. Para ello contaron con un ejército poderoso al que ningún otro pueblo podía enfrentarse con garantías de éxito. Pero el proceso de romanización discurrió en un doble sentido, puesto que los habitantes de Hispania obtuvieron numerosos beneficios por pertenecer al Imperio.
Como legado material, los siete siglos de presencia romana dejaron en la Península Ibérica vestigios que aún se pueden contemplar, como acueductos, templos, teatros, campamentos militares y otras construcciones.
Javier Ramos, responsable de lugaresconhistoria.com, nos guía en un viaje por los restos romanos peninsulares para conocer la auténtica historia de la Hispania romana.