Tras las detonaciones de Hiroshima y Nagasaki,el mundo entero entróen la denominada era nuclear. Las bombas atómicas cambiaron las reglas. Ya no solo destruían, sino que contenían el mortífero aliento de la radiación, un agente invisible capaz de acabar con el enemigo de forma silenciosa. Pero, ¿cómo comprobar los efectos de esa «arma invisible»? Durante la Guerra Fría, países como EEUU, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética decidieron utilizar a sus propios soldados como cobayas de laboratorio para averiguarlo. Durante las pruebas nucleares miles de soldados fueron irradiados sin su conocimiento, posteriormente amenazados y engañados, y finalmente borrados sus expedientes para que no se supiera la verdad. Esta obra es un arduo trabajo de investigación, en la que el autor ha conseguido que varios militares y sus descendientes rompan el silencio gubernamental con datos y documentos únicos que revelan que fueron usados como cobayas humanos.