Con enorme talento y un finísimo sentido del humor, esta novela llena de matices es una muy pertinente sátira sobre el auge de la nueva moral.
Al inicio de los años ochenta, Jean Roscoff es un joven académico de izquierdas con una carrera prometedora; casi cuarenta años después, nadie se acuerda de él. Ya jubilado y recién divorciado, intenta hacerse un hueco en el panorama cultural francés escribiendo un libro sobre un poeta estadounidense prácticamente desconocido que murió en un accidente en Francia a principios de los años sesenta. Tras su publicación en una pequeña editorial, la tranquila vida de Roscoff dará un vuelco cuando lo que parecía un inofensivo ensayo desate una polémica en las redes sociales que lo situará en el punto de mira de la opinión pública.
La caída en desgracia de un ingenuo antihéroe en la era de la cultura woke le sirve a Quentin para construir una brillante radiografía de nuestro tiempo. Una divertidísima y afilada sátira llena de matices sobre la cultura de la cancelación y el choque generacional que ha sido galardonada con el Prix de Flore y el Prix Maison Rouge.
«Quentin, dueño de una escritura elegante y con muy buen ritmo narrativo, evoca por momentos a Houellebecq, aunque sin la pesada carga melancólica del autor. (...) Una estupenda novela.» Luis M. Alonso (La Nueva España)
«Un escritor al que, todo parece indicarlo, habrá que seguirle el rastro a partir de este momento. Diego Gándara (La Razón)
«En este libro, ya bendecido con premios y excelentes críticas en Francia, aflora la brillantez de un narrador apasionante, de erudición sin exhibicionismo, con refinada pero percutante ironía sobre lo cotidiano, y capaz de manejarse con toda soltura entre la vivencia personal al borde del sainete y la reflexión histórica, cultural y social de gran alcance.» Ricardo Aldarondo (Rockdelux)
«Una espléndida fábula.» Íñigo Urrutia (El Diario Vasco)
«Abel Quentin ha tramado una sátira brillante con un estilo vivo y ocurrente que recuerda a las mejores novelas de Houellebecq.» César de Bordons Ortiz (Diario de Jerez)
«Una sátira acidísima.» Enrique Turpin (Zenda)