Una mañana de 1896, un año y medio antes de la irrupción norteamericana en la guerra de Cuba y el fin del dominio español en la Isla, el joven campesino Leonardo Quintana, huérfano de padre y a la sazón cabeza de la familia, regresa a casa tras haber estado faenando en el monte y descubre que una patrulla del Cuerpo de Voluntarios le ha quemado el bohío y asesinado a su madre y a su hermana mayor. La menor se ha salvado gracias a una casualidad. Entonces Leonardo deja a la muchacha al cuidado de una tía que vive con su hija en el pueblo y se incorpora al Ejército Libertador. Allí combate valientemente, participa en numerosas batallas y es herido varias veces; pero logra sobrevivir y sigue luchando hasta el final de la contienda. Al regreso de la guerra, el joven se encuentra al ejército norteamericano gobernando en el país y se siente decepcionado con el resultado final de su lucha. La tía y la prima han muerto a consecuencia del hambre y la malaria. Su hermana está débil y enferma, pero vive. La segunda parte de la novela se desarrolla en esta etapa de la historia de Cuba, y trata sobre las dificultades que