Una narración desopilante que reúne como un rebaño de fábulas muchas de las fantasías tenebrosas de las últimas décadas del siglo veinte.
Escrito en Barcelona en la segunda mitad de 1983, Tadeys es el intento más sostenido de Osvaldo Lamborghini por escribir un relato obediente a leyes narrativas convencionales. Por supuesto que esta obediencia proporciona claves y aventuras distintas de las que cualquier lector imagina: avances, retrocesos, incisos, digresiones.
Por empezar, La Comarca, el territorio de los tadeys, abarca una superficie que excede el tamaño de China. Además, las criaturas involucradas en esta narración son frágiles, conmovedoras, víctimas absolutas que sólo la maestría de Lamborghini puede considerar aptas para esta saga de soslayo. La ironía rabiosa de Tadeys multiplica las circunstancias risibles, pero atestigua el doloroso proceso biológico de la especie descrita. En muchas de las escenas, de los episodios -los alardes de hacer historia (y hasta genealogía), los raros escenarios que la imaginación lamborghiniana habilita, como los "barcos de amujerar"-, se deja oír el peso de una historia reciente que se oculta en la hondura de un pasado inescrutable.