«"Mente animal" es una vía de adaptación al paisaje, una lúcida confrontación con la evidencia. En un mundo inadaptado, bajo la dolorosa nitidez del cielo, entre la lluvia estridente o el viento triste y sin la convicción de que el día merezca un amanecer como el que se regala, subsiste lo que arraigó o deambula, la caza, el alimento, la conservación entre vegetales y gusanos, eso que constituye la ciencia del sentimiento único y desprende calor de hogar, donde se echan raíces y en torno a lo cual merodea la supervivencia o la memoria de quien fomenta nuestra blanca alerta porque, sin dotes para resistir en la espera, entregó su cuerpo al balanceo de un suicidio pregonado» (Manuel Longares).