«En "La hija del cazador" nos aguarda un mundo en claroscuro. La nin771;a que es mujer, que se aleja de la casa y se adentra en el bosque. Que busca un universo nuevo e incierto a la vez. Que avanza en pos de la luz que advierte detra769;s de los a769;rboles. El destino es el propio sendero. Alli769; las sombran huyen y a la vez acechan, aguarda la ceniza y aguardan las emociones nuevas que son, a su vez, trasunto de las emociones abandonadas. "Amar al padre. Respetar al padre. / Querer ser otra". Vivir y an771;orar la casa donde vive el pasado y edificar la casa del futuro con la fra769;gil materia del presente. El libro de lo que huye y se ama y se suen771;a. De lo que vive y muere. De lo que nos contempla y nos da la espalda. Un poemario intenso, evocador, hecho de los temores y de las extran771;ezas de una realidad en tra769;nsito» (Manuel Rico).