La doctrina de Epicuro se basa en la búsqueda del placer, la cual debería ser dirigida por la prudencia. Se manifestó en contra del destino, la necesidad y el sentido griego de fatalidad. La naturaleza, según Epicuro, está regida por el azar. Solo así es posible la libertad, sin la cual el hedonismo no tiene motivo de ser. Manifestó que los mitos religiosos amargan la vida de los hombres.
El pensamiento de Epicuro nos ha llegado a través del poeta latino Lucrecio (De rerum natura) y por algunas cartas de Diógenes Laercio y fragmentos rescatados.