LOS VIVOS NO DEBEN COMER EN LA MISMA MESA QUE LOS MUERTOS SI NO QUIEREN CONDENARSE
¿Qué pudo haber hecho que la tierra se secara y ya no volviera a llover? ¿Qué pudo haber levantado a las ánimas de la Santa Compaña? El General Torrijos y sus revolucionarios lo tienen claro: fue el Forastero, ese extraño hombre de quien nada se sabe, salvo que un día llegó y sedujo a la monarca de aquellas tierras, a la Reina Muerte…
YA SOLO QUEDABA EL ECO DE LO DESÉRTICO. LA SED DEL MISMO SUELO. LA TIERRA SE HABÍA SECADO, Y SIN EMBARGO... A ÉL LAS PALABRAS NO LE HABÍAN ABANDONADO.