Neruda canta a los asuntos más cotidianos y se entrega a la épica doméstica en un poemario para todos los públicos.
«El poeta más importante del siglo XX en cualquier idioma.» Gabriel García Márquez
«Nadie como Neruda para lograr un insólito centelleo poético mediante el simple acoplamiento de un sustantivo y un adjetivo que antes jamás habían sido aproximados.» Mario Benedetti
«Neruda renace todos los días porque siempre hay alguien que lo lee por primera vez y hay otro que lo relee con nuevos ojos. No hacerlo empobrecería nuestra vida.» José Emilio Pacheco
«Ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él.» Harold Bloom
En este libro de 1954, Pablo Neruda asombró a los lectores que no habían previsto la variedad de registros que el poeta alcanzaría. Hoy sigue cautivando por su capacidad para celebrar los pequeños acontecimientos diarios. Neruda le canta al aire y a la cebolla, a la esperanza y al caldillo de congrio, a la madera y a la alegría, al vino y al pan, a los poetas populares y al fuego, al libro, al traje, a la lluvia, a la vida. Sabe comunicarnos con la magia de su palabra la novedad de redescubrir cada momento como inaugurando la mirada.
Los vastos temas y el caudaloso ritmo que caracterizaban su obra anterior ceden paso al metro breve y fragmentado, a la visión microscópica, al protagonismo de aquello que verdaderamente es elemental: el encuentro con los anónimos y desconocidos que transitan las calles, el descubrimiento del corazón que habita en las cosas más sencillas, el valor oculto de lo verdaderamente genuino, la silenciosa sensación de estar rodeados por seres invisibles que estallan en el esplendor de la poesía.
Versos que escapan de toda retórica, objetos cotidianos transformados por la voz poética e imágenes de un magnetismo sensorial que coloca en primer plano la intensidad del lenguaje hacen de Odas elementales un conjunto de textos antológicos.